El pleno de la Cámara de Diputados, reunido en la “sede alterna” de la Sala de Armas de la Magdalena Mixiuhca, aprobó en lo general la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF) con 359 votos a favor y 135 en contra, tras una sesión que se prolongó por once horas.
En medio de la actividad de los trabajadores que apresuradamente colocaban sillas y bocinas para adaptar el lugar a los 372 diputados presentes, según el quórum inicial, los legisladores de oposición insistieron repetidamente en que participaban en la sesión ad cautelam (con reservas) y que esta no debía realizarse debido a dos órdenes de suspensión emitidas por jueces de distrito, las cuales, según su interpretación, impedían discutir el proyecto.
Los diputados del PAN exigieron a la Mesa Directiva, encabezada por Sergio Gutiérrez Luna, que se reconociera la existencia de dichos amparos para dejar constancia de la orden de los jueces.
Se esperaba también que llegara una tercera suspensión similar a las anteriores, emitida por la jueza quinto de distrito en Morelos, Martha Eugenia Magaña López, quien ya había otorgado uno de los amparos previos.
En un debate que en ocasiones se tornó acalorado, el diputado panista Germán Martínez Cázares presentó una moción suspensiva del dictamen (que fue finalmente rechazada), argumentando que no todos los jueces son corruptos, y criticando al presidente al afirmar que «el único que ha liberado a un criminal confeso, Ovidio Guzmán, es Andrés Manuel López Obrador».
Durante el posicionamiento del PAN en contra de la reforma, la diputada Paulina Rubio, rodeada de sus compañeros y en medio de gritos de «¡resistencia, resistencia!», subrayó que la reforma al PJF es «una venganza del Presidente contra un Poder Judicial que no se doblegó ni cedió, y que impuso límites al Poder Ejecutivo. Atreverse a decirle que no es el gran pecado del Poder Judicial».
Desde una tribuna improvisada, los representantes del PT y el PVEM rechazaron la validez de los amparos concedidos por algunos jueces de distrito para evitar que se discuta la reforma al PJF, asegurando que todas las opiniones y posturas sobre el tema fueron escuchadas, como lo demuestra el hecho de que se realizaron más de 100 modificaciones al dictamen original.
La réplica más contundente a la oposición vino del coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal Ávila, a quien los diputados panistas dieron la espalda mientras hablaba.
“El pueblo está cansado de la dictadura de la toga y el birrete, de la corrupción y el nepotismo en el Poder Judicial, por eso no dudaremos en avanzar con esta y todas las 20 reformas constitucionales” propuestas por López Obrador el 5 de febrero, declaró Monreal.
Destacando que la iniciativa busca una transformación profunda del sistema judicial del país, el también presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara enfatizó: “antes, una élite ilustrada juzgaba con criterios sesgados y económicos; ahora, los jueces serán abogados mexicanos comunes, con respeto a los derechos humanos, pero también con conciencia de la realidad social”.
De manera inédita, se realizaron seis largas rondas de seis intervenciones a favor y seis en contra de la propuesta de reforma, muchas de las cuales parecían meramente protocolarias, repitiendo argumentos ya expuestos y con poca atención por parte de los diputados presentes, debido en parte a la mala calidad del sonido, aunque las recriminaciones entre la mayoría y la oposición no cesaron.
Cerca de las 9 de la noche, meseros comenzaron a preparar mesas y manteles para servir la cena a los diputados. En los jardines del deportivo, el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco fue más allá, instalando una parrilla con tacos de sirloin en trompo para agasajar a sus compañeros legisladores.Tras la aprobación del dictamen en lo general –un proceso que por sí mismo tomó más de una hora, ya que se realizó de viva voz, diputado por diputado–, se presentaron originalmente cerca de mil 600 reservas al dictamen, pero según Monreal, finalmente se compactaron a 68, por lo que se espera que el desahogo de las mismas y la votación del proyecto en lo particular ocurra cerca de las 7 de la mañana.
Fuentes de las bancadas mayoritarias indicaron que se aceptarían tres reservas: una relacionada con el uso de lenguaje inclusivo para incluir la palabra «juezas», que ya fue aprobada; otra sobre los haberes de retiro de los ministros de la Corte y de los magistrados del Consejo de la Judicatura; y una última referente a que los jueces en funciones en el momento de aprobarse la reforma que deseen postularse nuevamente, deberán hacerlo en una entidad diferente a aquella donde ejercieron en primera instancia.