Estados Unidos oficializó este 4 de septiembre la designación de la banda ecuatoriana Los Choneros —y su rival Los Lobos— como organizaciones terroristas extranjeras, en respuesta al auge del crimen organizado y su creciente influencia transnacional. Esta medida llega tras años de colaboración estrecha de Los Choneros con cárteles mexicanos, principalmente el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), haciendo eco de la preocupación hemisférica ante el avance del narcotráfico en Ecuador y la región.
Los Choneros, surgidos en la ciudad costera de Chone en la provincia de Manabí durante los años 90, han evolucionado hasta ser el grupo criminal más grande y violento de Ecuador. Su líder emblemático, José Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, fue extraditado a Estados Unidos en julio de 2025, un hecho que marcó un punto de inflexión en las políticas de seguridad ecuatorianas.
La decisión estadounidense, firmada por el secretario de Estado Marco Rubio, permite sanciones económicas, congelamiento de activos y restricciones migratorias para quienes colaboren con estas bandas. “Los Choneros y Los Lobos pensaban que eran intocables, pero la realidad es diferente. Han sido catalogados como grupos terroristas por Estados Unidos y, con su apoyo, seguiremos luchando para recuperar nuestro país”, declaró el presidente ecuatoriano Daniel Noboa tras el anuncio.
El poder de Los Choneros radica no solo en su capacidad violenta, sino también en sus alianzas estratégicas con los cárteles mexicanos. Funcionan como brazo armado del Cártel de Sinaloa en Ecuador, controlando el tráfico de drogas a través de la ruta del Pacífico —por donde se estima transita el 74% de la cocaína que llega a Norteamérica. A la par, grupos rivales como Los Lobos mantienen nexos con el CJNG y lideran la facción conocida como Nueva Generación, intensificando la batalla dentro y fuera de las penitenciarías ecuatorianas.
El impacto de estas bandas va más allá de la violencia común: Los Choneros y Los Lobos son responsables de masacres carcelarias, asesinatos políticos (como el del candidato presidencial Fernando Villavicencio), y atentados con explosivos en áreas urbanas, exponiendo la debilidad institucional y la urgencia de cooperación internacional.
Washington considera esta designación como un paso clave para blindar sus fronteras y frenar la expansión del narcotráfico, así como las redes de lavado que ya han alcanzado Estados Unidos y Europa. Para Ecuador, la categoría de “terroristas narcocriminales” abre la puerta a mayor asistencia militar, tecnológica y financiera en la lucha antinarcóticos.
La declaración de Los Choneros —socios del Cártel de Sinaloa y CJNG— como organización terrorista marca un cambio histórico en el abordaje internacional del crimen organizado en Latinoamérica. La respuesta estadounidense refuerza la necesidad de alianzas sólidas y acciones contundentes para restablecer la seguridad y el orden en Ecuador, uno de los nuevos epicentros del narcotráfico mundial.