El presidente Donald Trump firmó el pasado jueves 31 de julio una orden ejecutiva que establece nuevos aranceles históricos que entrarán en vigor el 7 de agosto, afectando prácticamente a todos los países del mundo en lo que representa la subida de barreras comerciales más intensa desde 1930. Esta decisión consolida la ruptura total de Estados Unidos con la política comercial tradicional y marca un punto de inflexión hacia un proteccionismo agresivo.
Un Sistema Arancelario Sin Precedentes
La nueva estructura tarifaria implementada por Trump establece un arancel «universal» del 10% para países con superávit comercial con Estados Unidos, mientras que aproximadamente 40 naciones con déficit comercial enfrentarán un gravamen del 15%. Sin embargo, las penalizaciones más severas recaen sobre países específicos que la administración considera amenazas económicas o estratégicas.
Brasil encabeza la lista de países sancionados con un arancel del 50%, el más alto impuesto hasta ahora, como castigo por las políticas del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que Washington considera «una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional». India recibe un arancel del 25%, mientras que Canadá ve incrementado su gravamen del 25% al 35%.
Socios Norteamericanos: Trato Diferenciado
En una muestra de pragmatismo estratégico, Trump otorgó a México una prórroga de 90 días para negociar un nuevo acuerdo, manteniendo los aranceles actuales del 25% para productos no cubiertos por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Esta decisión refleja el reconocimiento de la importancia crítica de México como principal socio comercial de Estados Unidos.
La secretaria de prensa Karoline Leavitt justificó las medidas como una «reorganización del comercio mundial en beneficio de los trabajadores estadounidenses», argumentando que buscan abordar los crecientes déficits comerciales anuales de Estados Unidos y proteger la economía nacional de amenazas extranjeras.
Impacto Económico y Respuesta Global
Los mercados financieros internacionales reaccionaron inmediatamente con caídas generalizadas el viernes 1 de agosto. Las bolsas europeas abrieron en rojo, con París cayendo 1,16%, Frankfurt 1,24% y Londres 1,50%, mientras que los mercados asiáticos también experimentaron descensos significativos.
Según el Budget Lab de la Universidad de Yale, la tasa arancelaria media efectiva de Estados Unidos alcanzó el 18,2% al 28 de julio de 2025, el nivel más elevado desde 1934. Este incremento ha triplicado los ingresos arancelarios del gobierno estadounidense, alcanzando 28,000 millones de dólares en junio de 2025, comparado con las cifras de 2024.
Una Estrategia de Fortaleza Económica
La política arancelaria de Trump representa más que una simple medida proteccionista; constituye una redefinición fundamental del rol de Estados Unidos en el comercio global. Al imponer estos gravámenes históricos, la administración busca revertir décadas de globalización que, según su perspectiva, han debilitado la manufactura estadounidense y creado dependencias económicas peligrosas.
La Casa Blanca ha sido clara en su mensaje: Estados Unidos no tolerará más ser «aprovechado» por socios comerciales que mantienen prácticas desleales. Esta posición, aunque genere volatilidad a corto plazo, fortalece la posición negociadora estadounidense y obliga a otros países a reconsiderar sus políticas comerciales.
Los aranceles de Trump no solo representan un cambio en la política comercial, sino una declaración de independencia económica que prioriza los intereses nacionales sobre los acuerdos multilaterales. En un mundo cada vez más multipolar, Estados Unidos reafirma su liderazgo económico a través de medidas contundentes que, aunque generen resistencia internacional, demuestran la determinación de proteger la prosperidad americana.