Desde muy niño me encantaba estar acompañándote a ti y mi abuelita carmencita, desde pequeño te ame, te admire y te respete, desde muy niño te convertiste en mi ejemplo a seguir, tal fue así que te herede tus gustos por los caballos, por los carros, la musica, el gusto por el buen periodismo, el amor a la familia y la mayor herencia que me pudiste haber dado es el amor a nuestro querido Pichucalco en el cual dejaste un gran legado inigualable.

Con el paso de los años me fuiste enseñando de tus anécdotas y de tus vivencias, me enseñaste a salir adelante por mis propios medios, y así logras todo lo que soñamos demostrar al mundo que cuando se quiere se puede, y así me fui convirtiendo en un joven que ya seguía tus pasos en los negocios y en la política.

Hoy y siempre daré gracias a Dios por permitirme tenerte muchos años, disfrutar cada momento contigo y mi abuelita que hoy se queda con nosotros para seguir siendo el pilar de nuestra familia.

Te honre y te reconocimos tus logros en vida, eso nos llena de satisfacción, luchamos por ti y por tu salud tu esposa, hijos y nietos, fuiste un guerrero hasta tu último aliento, hasta en tu adiós nos enseñaste quien era don Manuel carballo, hombre fuerte, dominante pero de gran corazón.

Te despido con gran amor, para mi no te vas para mi te quedas en mi corazón en mi vida y en mi recuerdo para toda mi vida. Te amo con todo mi ser ABUELITO MANUEL.